La crisis y las convocatorias electorales en su presentación motivaron su destierro al cajón del «olvido».
El pasado 27 de julio, el pleno de la Cámara de Comercio de Huelva, demandó la implicación «de manera urgente a nuestros representantes políticos, para que sean capaces de recuperar un proyecto esencial para el futuro inmediato de nuestra provincia: el Centro de Aviones No Tripulados (CEUS)». Se trata de uno de los muchos que duermen el sueño de los justos, que vivieron las mieles de presentaciones, infografías, fotografías con responsables políticos e incluso gozaron de financiación que, bien hubo de devolver porque procedía de fondos europeos, o bien cayó en el saco roto donde terminan muchos de estos faraónicos proyectos. Es uno de los muchos y de los más llamativos que aún continúan sobre el papel. Tampoco merecen críticas a una u otra administración, a uno u otro partido; los dos con más tirón electoral, tienen cosas en su debe que prefieren ocultar.

En el pleno de la institución cameral el 5 de noviembre de 2013 se presentaba el Centro de Ensayos y Experimentación de Aviones No Tripulados de medio y gran tamaño (CEUS), un acto que contó con la presencia del consejero de Economía de la Junta, José Sánchez Maldonado y con los más altos representantes del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Los números del centro del Arenosillo eran lo suficientemente contundentes: 40 millones de euros de inversión (en su mayor parte europeos), para un complejo de 75 hectáreas que albergarían una pista de aterrizaje y despegue de 2.000 metros de longitud y que crearía 250 empleos directos y más del doble de indirectos.

El dinero adelantado por la Unión Europea -21 millones- obligaba a finalizar los trabajos a finales de 2015, tiempo que se dieron las administraciones para concluir los trámites burocráticos para su ejecución, ya que según se dijo entonces «el 90% del trabajo está hecho». Ese montante económico tuvo que ser devuelto al haber finalizado los plazos para su puesta en funcionamiento, por lo que incluso llegaron a pensar en organizar conferencias, un foro de debate para atraer a las grandes firmas del sector e incluso la UHU puso en marcha un Máster de Sistemas Aéreos Tripulados de Forma Remota (RPAS).

Huelva ha dejado pasar la oportunidad de marcar tendencia en un sector con un futuro espléndido… al menos por el momento.

¿Cambiará algún día?.

Fuente: http://www.huelvainformacion.es/